domingo, 13 de abril de 2008

Jueguitos Restringidos

Se viene un jueguito muy especial y diferente. Se necesitan tres personas, dos que van a jugar y uno oficiará de juez y espectador.
El espectador atará las manos por la espalda de los dos jugadores ya desnudos y les vendará los ojos asegurándose de que no puedan ver nada. En la habitación habrá dos sillones (uno para cada jugador) entonces el juez indicara el inicio del juego cuando los otros dos estén sentados.
La consigna es masturbar al otro sin usar las manos y sin ver exactamente donde intenta tocar al otro. Esto proporciona la posibilidad de sentir diferente, ya que el hecho de privar a los jugadores de usar las manos y los ojos hace que la manera de tocar sea completamente diferente, más detenida.
Ella puede hacer maravillas con los pies, utilizando sus dedos igual que el hombre. A no olvidar hacer hincapié con la boca, buscando con esta la manera de recorrer al otro lo mejor que sea posible.
Hasta aquí, solo se podía mover un jugador a la vez… de ahora en adelante se moverán los dos.
El juez no podrá participar, pero si dar ordenes sin que puedan ser rechazadas, como por ejemplo:
Dar la orden de que se separen, haciéndoles girar y que ella comience a caminar por toda la habitación escapándose de el mientras éste la busca. Los restringidos no podrán hablar, solo escuchar sus pasos y la respiracion El juez puede indicarle al hombre los movimientos que debe hacer para llegar hasta la mujer (dichas indicaciones pueden ser falsas para retardar el encuentro y aumentar las expectativas). Si la encuentra en menos de un minuto y medio tendrá derecho a penetrarla, si tarda más de dos minutos solo podrá hacerle sexo oral.
Si logra el derecho a penetrar aparece una nueva dificultad para el hombre: embocar solo con la ayuda del movimiento de su cadera. En el caso de que se gane el oral todo será mucho más fácil.
Como juez, teniendo dos personas desnudas y atadas en una habitación se pueden idear miles de morbosidades para hacerles hacer mientras se masturba.
Punto que no se puede obviar: los tres tendrán que acabar.
Se puede afirmar que las restricciones provocan ansiedad y multiplica el deseo logrando así orgasmos más potentes y lujuriosos siempre y cuando no se violen las reglas.
Mientras dure el juego, el juez espectador podrá manifestar si esta conforme o no con como se desempeñan los participantes, si no le gusta lo que ve… los otros dos estarán obligados a actuar de otra manera, cambiando las posiciones, eligiendo otros caminos, etc. Y, si sus ordenes no son acatadas… LATIGAZO!